Les voy a contar la leyenda de una joven oruga que por cierto era un poco perezosa y dormilona.
Ella esperaba a que algo mágico a su alrededor pasara. Pasaban los días y las semanas y cada vez se volvía más y más dormilona.
Veía como la vida se movía a su alrededores y las flores se volvían hadas y las hadas en vencejos...
No daba crédito a lo que sus ojos veía y más triste, perezosa y dormilona se volvía. Pasaron varios inviernos, primaveras, otoños y veranos... El tiempo transcurría.
Un vencejo desde su alto altar llevaba tiempo dejándose llevar en su vuelo y le observaba detalladamente.
Como tiene unas patitas muy cortas le cuesta levantar el vuelo y a pesar de eso, él nunca deja de intentarlo, cueste lo que le cueste y cuando lo hace es en su máximo esplendor y apogeo.
Aquel día él decidió posarse y poner sus huevos cerquita de donde dormía la joven oruga.Gruñó aquella mañana Manzanita que así se llamaba la oruga..
- ¡¡Déjame dormir es que no tienes otro sitio donde poner los huevos!! . Paciente el vencejo cuyo nombre es Romero, sonriente le dijo:
- ¿Qué te pasa joven Manzanita? ¡¡ levanta tus cortas patitas como las mías y alza tu vuelo!!.
Entre lágrimas oscuras por que era así como se sentía ella, la oruga le dijo:
- Llevo tanto tiempo dormida que estoy tan confusa que no se si tengo patitas para caminar....
El Vencejo le contestó: -Yo antes era una joven flor que poco a poco fui perdiendo mi color y el invierno que viví en mí quiso que se despojaran los pétalos de mi cuerpo y cuando me quedé sin nada una extraña transformación ocurrió y lo que eran antes pétalos se convirtieron en alas y mi cuerpo en una hada. Durante un buen tiempo disfruté de mi nueva esencia, hasta que de nuevo el invierno se llenó dentro mí y una corriente de aire me hizo caer y un buen golpe me di. Sin saber de nuevo que me pasaba me dejé caer en un sueño .
Semanas después en incluso meses no lo recuerdo bien, mis piernas de hadas se hicieron cortas y ahora soy un vencejo; una ave que en el vuelo apenas bato mis alas y que a pesar de la dificultades que me producen mis patitas nunca dejo de alzar mi vuelo. Yo al igual que tú, dormí muchos inviernos, primaveras, otoños y veranos..
Elisa Pérez.
Un abrazo fuerte.
Gracias por compartir tus conocimientos.
ResponderEliminarMuy buena reflexiòn.
Gracias por compartir tus conocimientos.
ResponderEliminarMuy buena reflexiòn.
Muchas gracias por leerme.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Un abrazo fuerte..